En España, aunque el 42% de las personas que juegan a videojuegos son mujeres, sólo ocupan el 18,5% de los puestos relacionados con la creación y el desarrollo de videojuegos. Esta desigualdad contribuye a que se sigan reproduciendo roles, personajes y narrativas sexistas, evidenciando la brecha de género existente en una de las principales industrias del ocio y el entretenimiento.
Esta realidad pone de manifiesto la importancia de impulsar la participación de chicas y mujeres jóvenes, visibilizando referentes, reforzando las vías de formación y promoviendo un acceso al sector libre de estereotipos de género.
